Como bien sabéis en nuestra tienda online vendemos miel de brezo y de lavanda de la zona de Reinosa y siempre intentamos remarcar la importancia del consumo de alimentos naturales, libres de químicos (al menos en la medida de lo posible). Siempre hemos pensado que tenemos un factor diferenciador con respecto a otros negocios de esta índole y es que nuestros alimentos provienen de pequeños y medianos productores. 

Por eso decidimos poner cara a uno de ellos. A nuestro querido Aurelio que además de ser apicultor es todo un pozo de sabiduría. Aurelio nos provee de esas mieles que tanto os encantan y hemos comenzado con él nuestro ciclo de reportajes. Os vamos a contar cómo ha sido la experiencia.

9:45h – A primera hora de la mañana salimos de Santander para poner rumbo a la frontera con Castilla y León. En poco más de una hora llegamos a nuestro destino donde Aurelio nos esperaba en una preciosa casa de piedra.

11:15h – Liviu comenzó a desenfundar todo su equipo audiovisual mientras yo hablaba con Aurelio de las preguntas que le iba a hacer durante la entrevista. En menos de 15 minutos ya estábamos rodando toda la información que nos aportó el protagonista del vídeo. 

13:30h – Tras tomar un vaso de agua fresca de la montaña y charlas sobre diferentes temas con Aurelio, éste nos llevó en coche a un precioso campo de brezales en los cuales todavía había abejas recolectando polen para llevarlo a las colmenas. Allí hicimos algunas tomas de recursos y pudimos oler y tocar los brezales.

14:00h – Aurelio nos lleva a una finca cercana a Mataporquera donde se encuentran unas de las muchas colmenas que posee. (Tiene alrededor de 700 repartidas por Cantabria y Castilla y León). En estas colmenas las abejas elaboran la miel de brezo, vamos, justamente las que nosotros vendemos.

14:15h – Nos enfundamos en los trajes de apicultor, Aurelio preparó el humo y nos adentramos en las colmenas. He de reconocer que estaba muy nerviosa. Nunca me había picado una abeja e incluso existía la posibilidad de ser alérgica a sus picaduras. Mientras nos íbamos acercando poco a poco las abejas se acercaban a nosotros y oíamos cómo zumbaban. Aurelio se colocó enfrente de una colmena, la abrió poco a poco mientras echaba humo y en unos instantes sacó un panal con formas geométricas perfectas. Con un pequeño cuchillo indagó en éste y sacó ese oro líquido tan preciado. Miel pura. Las abejas se estaban portando genial. Estaban tranquilas y volaban a nuestro alrededor.

Como vi que los insectos no estaban en posición de atacarnos, me confié y me quité un guante (brillante idea). ¿Qué pasó después? Pues lo que tenía que pasar. Aurelio abrió otra colmena pero esta vez las abejas estaban algo agresivas. En definitiva, no se me ocurrió nada mejor que acercarme a grabar sin un guante y una me picó en el dedo… En ese momento morí de miedo. El zumbido de las abejas fue más estrepitoso y mis nervios aumentaban considerablemente al igual que el dolor. Por suerte Aurelio me quitó el aguijón en cuestión de segundos. Después estuvimos un rato más en las colmenas grabando, eso sí con los guantes puestos.

A continuación Aurelio nos llevó a Mataporquera a comer y finalmente nos acercó hasta nuestro coche para volver a Santander. 

Siento deciros que hasta finales de septiembre el reportaje no será publicado puesto que, faltan de grabar algunos procesos como la cata de la miel, la recogida de los panales, la cristalización natural, el envasado… Todos estos procesos vamos a grabarlos en la primera quincena de septiembre respetando los ciclos naturales y biológicos de las abejas.

CURIOSIDADES SOBRE LAS ABEJAS

Mientras íbamos en el coche con Aurelio, saqué mi vena periodística y le hice bastantes preguntas sobre el mundo de la apicultura. Me facilitó muchísima información que será totalmente desconocida para muchos de vosotros. Por eso, me gustaría compartirla en este post con fines educativos. 

1. Quítate el aguijón cuanto antes

Las abejas pican tanto a animales como a humanos cuando se encuentran en una situación de defensa de la colmena o consideran que están en peligro. Por ello están dispuestas a perder la vida al clavar su aguijón. Cuando se queda el aguijón incrustado se apodera de la zona un dolor punzante y es primordial que sea extraído cuanto antes. ¿Por qué? Porque dicho aguijón tiene un par de bolsitas que actúan como válvulas y bombean más veneno durante 12 minutos. Por este motivo, si no queremos arriesgarnos, lo mejor es quitarlo cuanto antes y así la cantidad de veneno será mínima. 

2. El veneno de las abejas se emplea para cremas y otros remedios 

El veneno tiene propiedades beneficiosas para la salud y por ello podemos encontrarlo en diferentes productos de cosmética natural, cremas e incluso medicamentos. De hecho, cuando me picó la abeja Aurelio me dijo “mira qué suerte, no vas a tener problemas de reuma en un año”.

3. El humo y las abejas

El humo que se emplea a la hora de abrir las colmenas no calma a las abejas. Hay mucha gente que cree que el humo automáticamente las tranquiliza pero nada más lejos de la realidad. Resulta que las abejas asocian el humo con que hay un incendio cercano y por culpa de éste perderán su hogar actual. Por ese motivo se encargan de comer toda la miel que pueden y quedan totalmente llenas. Vamos, como nosotros los humanos, después de comerte un buen cocido no te da la vida para correr ni para hacer gran cosa. ¿Por qué comen en ese momento tanta miel? Pues porque tienen que tener las reservas y las fuerzas necesarias para abandonar la colmena (que quedaría destruida por el supuesto incendio) y buscar un nuevo lugar para comenzar a hacer la nueva colmena. 

4. El oso, la gran amenaza de las colmenas

¿Habéis visto Winnie de Pooh? ¿Os acordáis de lo goloso que era y cómo comía miel a puñados? Pues así son los osos en la realidad. Les encanta la miel y la huelen a metros de distancia. Son tan golosos que están dispuestos a abandonar sus escondites en los montes y los bosques para bajar casi al poblado en busca de una buena colmena para comer miel. Aurelio nos contó que al año podía sufrir más de 2 o 3 ataques en diferentes colmenas y eso supone un volumen de pérdidas económicas importantes. Para los que no lo sepáis, un apicultor puede tener más de 15 colmenas en una sola finca. Imaginaos qué destrozo puede llegar a ser que un oso de con una de las fincas y arrase tanto con las colmenas y las abejas como con la infraestructura que ha construido el apicultor. Esto supone que los apicultores que tienen algunos medios económicos tengan que invertir más en medidas de protección e infraestructura. Además, los Gobiernos regionales dejan mucho que desear a la hora de proteger los intereses de los apicultores (al igual que de otros sectores primarios). Es más, en muchas ocasiones dan subvenciones por los daños de los osos a las colmenas que pueden tardar hasta más de dos años en ser entregadas a los apicultores. 

5. El origen de la abeja reina

La abeja reina es la única de toda la colmena que puede tener descendencia. El resto de las abejas no son fértiles. Físicamente la abeja reina se diferencia del resto y es la encargada de reproducirse con el fin de crear nuevas colmenas. Cuando nacen las larvas, éstas se colocan en celdas todas ellas iguales menos una que es como un pequeño capuchón. En esa se coloca una larva (igual que las demás). En los dos primeros días a todas se las alimenta con jalea real pero.. aquí llega el elemento diferenciador. La larva que está dentro del capuchón es alimentada durante todo su desarrollo con jalea real y será la próxima abeja reina mientras que el resto serán alimentadas con pan de abeja.

 

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