La personalidad de la lumia de esta tienda se forjó hace más de 20 años cuando vivía con su abuela Anita. Nuestra lumia descubrió la importancia del sabor de la naturaleza y de la tierruca en aquellos maravillosos veranos de su infancia. En ellos, su abuela y ella iban al pueblo y recogían tomates, cebollas, pimientos y judías para después prepararlas para el almuerzo.
La Lumia subía a los árboles frutales y comía higos mientras Anita recolectaba ciruelas. En otoño ambas volvían a ese paraíso escondido en el que las castañas y las calabazas eran las protagonistas de la temporada.
Anita falleció pero la Lumia no olvidó todo lo que aprendió. La que fue una pequeña niña repipi y sabionda sigue recordando el olor intenso de un tomate recién cortado, el sabor de las castañas asadas recién cogidas en el campo, la preparación de los caracoles para el día de Navidad…
A día de hoy La Lumia honra la memoria de Anita promoviendo el consumo de alimentos elaborados de forma artesanal libres de conservantes y aditivos. De esta forma, nuestro objetivo es ayudar a la población a incrementar los hábitos saludables y colaborar con los pequeños y medianos productores. Queremos dar a conocer los grandes tesoros gastronómicos que tenemos a nuestro alcance.
Volvamos a consumir lo natural y volvamos a recordar nuestros orígenes.
Nuestra Lumia se llama María Saiz, es cántabra y actualmente desarrolla su labor en Santander. Es licenciada en periodismo y ha trabajado en diferentes sectores de la comunicación y el marketing.
Desde su adolescencia ha tenido la inquietud de aportar su granito de arena a la sociedad, por eso con 16 años se hizo voluntaria de Cruz Roja Española y dedicó su tiempo libre durante más de cuatro años a niños en riesgo de exclusión social.
Fue durante su etapa universitaria en la que la luz de la abuela Anita se fue apagando hasta que finalmente dejó de brillar. Desde entonces, el día de Santa Ana, nuestra Lumia no falta a su cita en el pueblo en memoria de su abuela. Allí, visita la iglesia que aparece en la fotografía de arriba y después celebra una comida en el prado con sus familiares.
Actualmente ella es feliz recordando y honrando a su abuela con la labor que hace y se siente útil promoviendo el consumo de alimentos naturales a la vez que apoya a los pequeños negocios de la región.